EL DISCÓBOLO. POR JAIME POU

El Discóbolo fue realizado el famoso escultor y broncista griego Mirón de Eleutera, más conocido como Mirón.
Es una escultura de bulto redondo que la podemos datar en torno al año 455 a.C., en una época de transición entre el estilo severo y el primer clasicismo griego. Como ocurre con muchas obras de la estatuaria griega en realidad no conservamos el original, que seguramente fuera realizado en bronce, sino que se trata de una copia romana en mármol realizada a partir del original griego hoy perdido
La escultura representa un joven desnudo con cuerpo de atleta que se dispone a lanzar un disco. Mirón representó a múltiples atletas quienes plasmaban el ideal de belleza clásico, entre sus obras de atletas podemos mencionar el retrato de Timanthes de Cleón o El Likenes de Esparta, pero sin duda esta es su obra más conocida. 
El estudio anatómico de la obra pone de relieve la pericia del escultor griego. Su cuerpo, en tensión, contrasta con el rostro sereno que refleja el ethos (sentimientos contenidos) típico de la estatuaria clásica.
Pese a todo Mirón logra captar de manera sublime el movimiento en acto, parece como si el disco del joven atleta fuera a salir disparado de un momento a otro. Es un movimiento tranquilo y meditado pero a la vez potente, típico de aquél que sabe lo que debe llevar a cabo.
Esta obra podemos considerarla dentro del Pleno Clasicismo y reúne muchas de sus características. En primer lugar, asistimos a un momento donde la proporción, la armonía y el número forman parte del concepto estético de belleza. En la composición, se observa claramente como la figura se inscribe en un semicírculo formado por los brazos, tratando de representar el equilibrio inestable dentro de una composición geométrica. También es importante el concepto de mímesis o copia de la naturaleza, así como el protagonismo del ser humano, ambos conceptos se funden en una idealización del cuerpo masculino como se observa en el canon empleado, perfectamente equilibrado, así como en la representación de toda la anatomía. Se supera claramente, el hieratismo arcaico, creando un movimiento sin precedentes en la escultura, a través de diagonales contrapuestas, como las que se observan entre el torso y las piernas, así como con la contraposición de los arcos formados por los brazos, creando una multiplicidad de puntos de vista, que invita al espectador a contemplar la escultura desde diversos ángulos, aunque sin duda, desde su punto de vista lateral es donde mejor se aprecia la magnitud de la obra. El modelado, es bastante plano, como podemos observar tanto en el pelo como en los músculos, lo que no crea grandes juegos de claroscuros. A excepción del pelo, tampoco observamos diferentes tratamientos de las superficies, sin llegar a obtener contrastes entre las texturas. Frente a la tensión del momento, contrasta el rostro casi inexpresivo, sin duda, herencia todavía, del Estilo Severo.
https://arte.laguia2000.com/escultura/el-discobolo-de-miron
https://www.auladehistoria.org/2016/09/discobolo-de-miron-comentario-y-analisis.html

Comentarios

  1. Bien, pero si ya has realizado una de la época clásica del siglo v a.C. ahora tocaría del siglo IV a.C. Jaime, te noto un tanto despistado.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

ESCULTURA GRIEGA.EL KUROS