EL 3 DE MAYO DE 1808 EN MADRID.

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IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LA OBRA:

Nombre: EL 3 DE MAYO EN MADRID.

Autor: Francisco de Goya. (Fuendetodos, España; 30 de marzo de 1746-Burdeos, Francia; 16 de abril de 1828) a​ fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. Su estilo evolucionó desde el rococó, pasando por el neoclasicismo, hasta el prerromanticismo, siempre interpretados de una forma personal y original, 2​ y siempre con un rasgo subyacente de naturalismo, del reflejo de la realidad sin una visión idealista que la edulcore ni desvirtúe, donde es igualmente importante el mensaje ético.

Localización espacial y cronológica: Palacio Real, Madrid, 1814. Ingresó en el Museo del Prado, procedente de la colección real con su compañero, antes de 1834, registrándose en ese año en el “Depósito Grande”.La noche del 3 de mayo de 1808, los franceses fusilaron, en varios puntos de Madrid, a los patriotas detenidos tras su alzamiento del día anterior contra las tropas francesas. Los madrileños, con armas improvisadas, intentaron detener la salida de Palacio del último de los infantes, don Francisco de Paula, el menor de los hijos de Carlos IV y María Luisa, que iba a ser conducido a Burdeos para reunirle con sus padres. La «revolución» de Madrid determinó el estallido de la guerra contra Napo­león, y la represión del ejército francés, deteniendo y ejecutando indiscriminadamente a inocentes y culpables, reveló de inmediato a los ojos de todos lo sanguinario y cruel del enfrentamiento, sin cuartel, que había dado comienzo ese día entre españoles y franceses.
 

Estilo y época:  Debido la gran variedad de estilos y tendencias que atravesó Goya a lo largo de su vida, resulta difícil clasificar esta obra en un estilo determinado. En buena parte Goya se muestra aquí precursor del romanticismo por su visión subjetiva de la realidad, la representación de temas cargados de sentimientos, el ideal de la libertad. Es en buena medida un triunfo del color, de los sentimientos, de la libertad e imaginación del artistaSiglo XIX

ANÁLISIS TÉCNICO DE LA OBRA:

Como el propio título indica, el cuadro, un óleo sobre lienzo, representa un hecho histórico. Concretamente los fusilamientos que tuvieron lugar en la madrugada del 3 de mayo de 1808 en la montaña de Príncipe Pío, a las afueras de Madrid
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La escena se desarrolla durante la noche, y la escena está iluminada por un gran faro situado entre el pelotón de ejecución y el grupo de los condenados. Este recurso de la luz, de inspiración tenebrista, permite que el pelotón permanezca en penumbra mientras que la luz ilumina de manera dramática el grupo de los condenados a muerte, en especial el hombre de camisa blanca que levanta los brazos, así como el grupo de cadáveres que yacen en el ruedo sobre un gran charco de sangre.
Respecto a los colores, Goya reduce la paleta cromática básicamente a tres colores; grises, ocres y blancos lo que acentúa el trágico momento representado. Sólo el hombre de la camisa blanca y pantalón amarillo aporta una nota de color dándole el mayor protagonismo de la obra a su gesto heroico a la hora de afrontar su destino.
Los soldados forman una diagonal dando la espalda al espectador de manera que nos quedan ocultos sus rostros en un deseo del pintor de deshumanizar a los verdugos mientras que los ejecutados, los auténticos protagonistas del cuadro muestran toda una amplia gama de reacciones frente a su trágico destino, visible en los que unos instantes antes ya han sido fusilados y yacen muertos. Así unos afrontan dicho destino con valentía como el hombre que levanta los brazos, otros dedican ese ultimo instante a la oración como el fraile que está a su derecha, otros con rabia parecen querer enfrentarse por última vez contra sus enemigos como el hombre que levanta el puño, mientras los hay que se muerden los nudillos con horror, como el hombre del fondo que espera su ejecución o los que tapan sus ojos para no ver lo que sucede.
Respecto a la técnica, Goya hace alarde aquí de una pincelada muy suelta, larga, dándole mayor protagonismo a la mancha de color con finalidad expresiva que a la línea del dibujo. Por otro lado, Goya hace uso del recurso de la perspectiva aérea, de manera que las figuras que aparecen más próximas a nosotros lo hacen más nítidas que el paisaje del fondo, en penumbra y más difuminado, en el que reconocemos el cuartel del Conde-Duque próximo a la montaña de Príncipe Pío.

ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA:


Técnica utilizada: La pintura está realizada sobre un lienzo utilizando la técnica del óleo.

La composición: Es la forma de ordenar las figuras en el plano. La composición está dominada por dos grandes diagonales que confluyen en el farol colocado en el suelo: la diagonal de la montaña y la del pelotón de fusilamiento. Son dos partes fundamentales; la primera, a la izquierda, la compone un grupo de civiles, unos doce, en distintas posturas; uno se tapa la cara, otros ya muertos yacen en el suelo, otro aparece rezando, otro con los brazos abiertos… La parte de la derecha la conforman un grupo de seis soldados que apuntan con sus fusiles al grupo de civiles que tienen delante. Cada grupo está descrito de una forma bien diferente. Los soldados franceses, cuya formación se presenta en diagonal, dan la espalda al espectador, de forma que no podemos ver el rostro de los personajes. Por el contrario, el grupo de los españoles se organiza en la diagonal opuesta; sus miembros están de frente al espectador, que puede apreciar distintas actitudes ante la muerte. En el lado del grupo de civiles, se encuentra la montaña del Príncipe Pío. Y al fondo, se aprecia una arquitectura perteneciente a la ciudad de Madrid y la negra noche donde se desarrolla la acción, y que cubre el resto de la composición.

El color: Caracterizar la paleta empleada Goya utiliza en este cuadro una paleta principalmente oscura, donde predominan la gama de los negros, color de la muerte por excelencia, con importantes mezclas de colores relacionados con la gama del verde. La otra gran familia cromática la forman los ocres y marrones. Sin olvidar el blanco de la camisa del hombre con los brazos abiertos que supone un gran contraste con el resto de la paleta, en su mayoría oscuros. la pincelada es amplia, larga, con grandes manchas.

La luz: no podemos olvidar aquí el peso de la escuela tenebrista, que sin duda debió influir en Goya. En todo el cuadro son bien perceptibles los contrastes entre luces y sombras. La escena transcurre de noche y se ilumina mediante un foco de luz artificial que emana de un farol situado entre los dos grupos de personajes. Pero la luz no los enfoca por igual: ilumina con mayor claridad al grupo de los españoles, mientras deja casi en la penumbra al de los franceses.

La línea: Los contornos están perfilados en negro en algunos casos. En otros, el dibujo casi desaparece. Cuerpos y rostros están deformados con una técnica expresionista.

El volumen: Aunque la preocupación por la profundidad no es la principal del artista, se consigue cierta profundidad con escorzos, como el del hombre que yace con los brazos extendidos, juegos de luces y sombras y fondos oscuros.

INTERPRETACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN DE LA OBRA:

Goya pinta esta obra en 1814, cuando la Guerra de Independencia acaba de concluir. Como es sabido, el artista fue acusado de afrancesado por haber mantenido su posición de pintor de cámara durante el periodo de reinado de José I Bonaparte. Por ello el autor realiza los cuadros del 2 y 3 de mayo de 1808; quiere dejar bien claros su oposición a la invasión francesa y su patriotismo, justo en el momento en que da comienzo el reinado de Fernando VII. Ese mismo año, este rey declaró abolida la obra de las Cortes de Cádiz y retornó a los principios absolutistas que habían caracterizado a la monarquía española hasta 1808. Por todo ello, hemos de considerar este cuadro como uno de los mejores documentos visuales para la compresión de lo que supuso en España el largo y complejo periodo de transición del Antiguo al Nuevo Régimen.
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Esta obra no pasó sin pena ni gloria a la Historia del Arte, ya que no sólo simbolizó para muchos el coraje y la lucha del español ante las incursiones ajenas, también supuso un importante manantial de inspiración para pintores de la talla de Manet, con su Fusilamiento del emperador de México, o El fusilamiento de Corea de Picasso (1950), donde se evidencia la influencia de Goya

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